AUMENTO DE LA
ENERGÍA
Tanto en modalidades de endurance o de resistencia, como en nuestro día a día, la energía de la que disponemos determina el empeño, la disposición y la eficacia con la que realizamos las tareas que nos proponemos.
La falta de energía frecuente puede conducir a situaciones de desmotivación y de falta de interés, a un menor rendimiento físico o, incluso, a síndromes de fatiga crónica. La falta de energía, no solo durante los entrenamientos sino también en el día a día, puede ser una consecuencia del estrés al que estamos sometidos, de una nutrición inadecuada, de falta de hidratación, de poco descanso, de periodos de sueño de poca calidad, de mala absorción alimenticia y del propio sedentarismo. Por tanto, la práctica de actividad física, una dieta saludable y el descanso adecuado resultan fundamentales para recuperar los niveles de energía. Sin embargo, en casos específicos, como por ejemplo atletas, personas con determinadas patologías o con carencias nutricionales, puede resultar necesario y beneficioso recorrer a suplementos alimenticios para suplir las necesidades existentes.
En caso de que la falta de energía persista y no mejore a pesar de los esfuerzos para que eso suceda, aconsejamos acudir a un médico para conocer el verdadero origen del problema.